Poema / Lo Esencial

¡Ay!, volver a lo esencial,
a la verdad simple y nuda,
al mundo bello y real
y a la palabra desnuda.

Decir que es verde una hoja
igual que se dice un credo,
y no querer saber más
mirando al trasluz su enredo.


Decir “el cielo es azul”
con los ojos muy abiertos,
y con los ojos cerrados
decir “azul es el cielo”.

Sentir rugosa la almendra
y lisa de paz la uva,
y no traicionar al tacto
en la abstracción de la angustia.

Saciar con agua de lluvia
la sed cordial de sapiencia,
y ya no bajar la duda
en los pozos de la ciencia.

Jamás perder el contacto
con la esencia de las cosas,
y descender del perfume
a la espina de las rosas.

Hacer como el colibrí
que si levita extasiado
es porque clava su pico
en un sol azucarado.

O como el pez decidido
que remonta la corriente
por ver espumear la vida
en la escama de su frente.

Ser como la siempre viva
que no se rinde al invierno
porque en su cáliz hay gotas
del vino del grial eterno.

Montar en el potro alado
que tiene la crin en llamas,
sintiendo sobre las sienes
el denuedo de sus alas.

Y al fin ascender llevando
el corazón en las palmas,
para arrojarlo al brasero
del astro de la mañana.


Sebastián Dozo Moreno