jueves, 17 de julio de 2008

EL MARTÍN PESCADOR

Un ave azul. Su pico hiende el alba.
Desde la altura incierta ha plegado las alas.
Sus ojos. Gotas de luz cayendo lúcidas, redondas,
amarillas, hacia el blanco del agua que el sol
altivo dora.

Un pez. Plata furtiva.
Flecha sinuosa del arco blanquecino
de la orilla, transita el Hondo...
Pero la azul saeta. Pero el ave
del arco desmedido de la bóveda.
Y el instante fatal. Y el arrebato...

Así mi corazón. Así mi vida
cae hacia ti, certera, implacable,
decidida a quebrar el encanto.
El espejismo de tu belleza esquiva.
A arrebatarte de un solo impulso, cruel,
y apasionado.

*

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